Portal Oración 24x7LA PALABRA PRONUNCIADA DESATA PODER – DÍA 39
DESAFIO DE 100 DIAS DE ORACION – Por Mike Bickle (Devocional)
Debemos empezar a creer que Dios, en el misterio de la oración, nos ha confiado una fuerza que puede mover el mundo celestial y bajar su poder a la tierra. (Andrew Murray)
SERÍA IMPOSIBLE PARA mí enfatizar demasiado la importancia de la oración intercesora. ¿Por qué? Porque Dios ha elegido la intercesión como el medio principal para liberar su poder en la tierra. La Escritura deja en claro que la intercesión es una de las actividades centrales en el reino de Dios, tanto ahora como en la era venidera.
El hecho de que Jesús, el divino Hijo de Dios, intercede revela cuán importante es la intercesión. Jesús es completamente Dios y completamente humano, la segunda persona de la Trinidad, y aun así, Él intercede y libera el poder del Padre. Él continuará intercediendo dentro de un millón de años.
Vemos la obra de Jesús en la frase “y Dios dijo” once veces en Génesis 1 (RV-R1960). El principio fundamental de la intercesión es que los planes del Padre fueron pronunciados por Jesús, y luego, el Espíritu Santo liberó poder. David escribió que “por la palabra del Señor fueron hechos los cielos” (Salmo 33:6). El apóstol Juan confirmó el papel de Jesús en la creación cuando escribió: “Todas las cosas fueron hechas por él [Jesús], y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:3).
El Padre ha ordenado que sus ideas deben ser pronunciadas, y cuando son pronunciadas, el Espíritu libera poder. Una ley fundamental del reino es que el Espíritu se mueve en respuesta a la pronunciación de la Palabra de Dios por parte de su pueblo. Ya sea Jesús hablando sobre los cielos sin forma y sobre la tierra en la creación, o nosotros intercediendo por avivamiento en una reunión de oración, el poder de Dios es liberado a través del principio de la intercesión, decirle a Dios su Palabra.
EL LLAMADO A LA ACCIÓN
Tome la intercesión en serio y dígale a Dios su Palabra, declarando que su reino viene a las situaciones y a la gente sobre la tierra y tal como lo está en el cielo.
PARA REFLEXIONAR
“Dios,… en estos postreros días nos has hablado por el Hijo,… por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder” (Hebreos 1:1-3).
Señor, ya que tú has elegido la intercesión como el medio principal para liberar tu poder en la tierra, te agradezco el honor y el privilegio de asociarme contigo en intercesión.
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Bendiciones en Cristo, Alberto Conti
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