Escrituras y promesas de Dios para declarar y decretar sobre la vida de nuestros hijos en nuestro tiempo de oración
- Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.” y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré. – (Números 6:23-27)
- Los hijos son un regalo del Señor; los frutos del vientre son nuestra recompensa. Los hijos que nos nacen en nuestra juventud son como flechas en manos de un guerrero. Dichoso aquél que llena su aljaba con muchas de estas flechas! No tendrá de qué avergonzarse cuando se defienda ante sus enemigos. (Salmos 127:3-5)
- Porque fortificó los cerrojos de tus puertas; bendijo a tus hijos dentro de ti. -Salmos 147:13
- Ahora, pues, hijos, oídme, y bienaventurados los que guardan mis caminos.- Proverbios 8:32
- Camina en su integridad el justo; sus hijos son dichosos después de él. -Proverbios 20:7
- Dichoso el hombre que honra al Señor y se deleita obedeciendo sus mandatos. Sus hijos tendrán poder en la tierra, y serán bendecidos por su rectitud. Su casa rebosará de bienestar y de riquezas, y su justicia permanecerá para siempre. (Salmos 112:1-3)
- Aumentará Jehová bendición sobre vosotros; sobre vosotros y sobre vuestros hijos. (Sal. 115:14).
- Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos (Is. 54:13).
- Pues derramaré agua para calmar tu sed y para regar tus campos resecos; derramaré mi Espíritu sobre tus descendientes, y mi bendición sobre tus hijos. Prosperarán como la hierba bien regada, como sauces en la ribera de un río. (Isaias 44:3–4, NTV).
- Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos (Sal. 103:17).
- Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa (Sal. 128:3)
Clamar las promesas de Dios para nuestros hijos son como plantar semillas en una buena tierra que se torna fértil con el amor de Dios y nuestras oraciones
Familiarizarse con la Palabra de Dios es, en el sentido espiritual, como instalar ventanas y puertas para prevenirnos de las tormentas en nuestro hogar. Si como padres no sabemos lo que Dios ha dicho sobre nuestros hijos, no tenemos una base sólida para nuestra fe. Entonces, cuando el viento comienza a soplar somos vulnerables: las ventanas se sacuden, las puertas se abren, y entra el caos a nuestra vida.
Le invito a sumergirse en cada palabra del Señor prometida para sus hijos. Hágalas una parte de su vida. Apréndase las promesas de Dios y guardelas en su corazon, y comience a librar la buena batalla de fe por su semilla. ¡Usted puede hacerlo! La victoria está a la vista.
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