AMEMOS A LOS PERDIDOS, AMEMOS A NUESTROS ENEMIGOS – DÍA 50
DESAFIO DE 100 DIAS DE ORACION – Por Mike Bickle (Devocional)
Interceder por las personas es la manera más poderosa y práctica en la que podemos expresar nuestro amor por ellas. (Juan Calvino)
COMO MENCIONÉ ANTES, amaremos a aquellos por quienes oramos consistentemente. Una razón por la que Dios requiere que bendigamos y oremos por nuestros enemigos es porque al hacerlo, empezamos a amarlos. Y eso es lo que Él busca: un corazón de amor, compasión y perdón incluso por quienes nos ofenden. Si oramos por nuestros enemigos, nuestro corazón llegará con el tiempo a ablandarse por ellos. En otras palabras, es imposible orar por alguien regularmente sin llegar a amarlo con el tiempo.
Dios sabe que amaremos más a la iglesia a medida que oremos por ella regularmente. Dios quiere que los corazones de los intercesores se conecten con la iglesia en la ciudad por la que oran consistentemente. Esta es su estrategia de amor divino.
Es más fácil amar a los perdidos en una ciudad o nación diferente porque no sabemos mucho de ellos. Pero algunos se frustran e impacientan rápidamente con las iglesias en su propia ciudad porque conocen realmente a los creyentes. Por lo tanto, el Señor nos llama a orar por la iglesia para que podamos amarla mientras trabajamos para llevar a los perdidos a Jesús e impactar a la sociedad. Él no quiere que nosotros despreciemos a la iglesia en nuestra ciudad por las debilidades que vemos en la gente en varias congregaciones o la manera en que los líderes hacen las cosas; Él quiere que amemos tanto a la iglesia como a los perdidos.
¡Dios es un estratega brillante! Él nos guía a orar por la cosecha al pedirle que visite a toda la iglesia, a las iglesias locales, en nuestra área con su gran poder. No es coincidencia que la mayoría de las oraciones del Nuevo Testamento fueran para la iglesia.
EL LLAMADO A LA ACCIÓN
Pida al Padre que ponga en acción su estrategia brillante en la cosecha del campo por el que usted está orando y que lo haga parte de un tiempo emocionante de esa cosecha.
PARA REFLEXIONAR
“Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:44-45).
Señor, ablanda mi corazón cuando ore por mis enemigos. Bendice a los que se burlan de mí, a quienes me ofenden y a quienes me maldicen. Dame la compasión de Jesús cuando los levanto en oración ante tu trono.
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Bendiciones en Cristo, Alberto Conti
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